La importancia de los detalles

Psicoterapia

Hace un tiempo acudió a nuestra consulta una chica que tenía dificultades para hacer cosas al margen de su pareja. Cuando su pareja se iba de viaje, o salía a hacer deporte, ella siempre se  quedaba en casa pegada al teléfono y mirando el reloj angustiada hasta que la otra persona regresaba a casa. Esta situación se iba agravando cada vez más y estaba afectando a la relación, por lo que decidieron pedir cita en nuestro centro.

No doy más detalles porque no son necesarios para lo que quiero contar hoy. No voy a entrar en qué hicimos en la primera sesión ni en cómo enfocamos el tratamiento. Cuento este caso porque fue muy interesante por cómo comenzó el cambio.

Un día, a la cuarta o quinta sesión, la mujer acude y lo primero que nos dice es que “bueno, regular, tengo días malos y días mejores pero no consigo parar de pensar cuando mi marido está fuera”. Comienza a contarnos todas las veces que su pareja salió de casa y lo que ella hizo mientras tanto para intentar no comerse la cabeza.

En una de ellas dijo: “bueno, esta no sé cuándo volvió porque yo no estaba.” Lo dijo así muy de pasada y enseguida cambió de tema y volvió a describir lo mucho que le cuesta que su pareja salga sin ella.

Por supuesto, no se nos escapó ese detalle y le preguntamos por qué no estaba en casa esperando a su pareja. Ella sonrió porque se dio cuenta de por dónde íbamos y dijo: “me fui de compras con unas amigas y se me hizo tarde.”. A partir de ese momento la sesión cambió y pasamos de hablar de las angustias cuando su pareja no está a cómo hizo ella para que se “le hiciera tarde” con las amigas y cómo podría repetirlo.

Puesto así por escrito parece fácil. Está claro que se trata de una mejoría que hay que explorar y amplificar pero te aseguro que es complicado estar atento a estos detalles. Las conversaciones van rápido, y muchas veces estos pequeños cambios se nos escapan si  no prestamos un 200% de atención. Si nosotras lo hubiéramos obviado, la sesión hubiera sido similar a las anteriores porque nos habría parecido que no había habido mejorías.

De hecho, si no le hubiéramos dado la importancia que se merece, ella tampoco lo habría hecho porque no se había dado cuenta de que había conseguido despreocuparse y salir de casa. Si nosotros lo pasamos por alto, es como si esa  mejoría se diluyese o cayese en el olvido. Hay personas que sí se dan cuenta de esos cambios pero otras no, es como si fuesen mejorando sin darse cuenta. Por eso parte de nuestra terapia consiste en ir sacando a flote todas esas mejorías que pasan desapercibidas pero que son fundamentales para el cambio terapéutico.

Al fin y al cabo, muchas de las mejorías que se producen en terapia (y fuera de terapia también) comienzan con pequeños cambios, minúsculos, de a lo mejor un día, o incluso unas horas. Nuestro trabajo parte de la idea de que se puede crear un efecto bola de nieve: a partir de un pequeño cambio, se pueden producir otros mayores.

Así es nuestra forma de trabajar, prestando atención a detalles que para otros carecen de importancia y dándoles el valor que se merecen.

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