LECCIÓN GRATIS

Cómo elaborar objetivos concretos, motivadores y aplicables en psicoterapia (más allá del análisis funcional de la conducta).

Si una intervención psicoterapéutica fuese una llave…los objetivos serían la puerta.

Tan importante es saber qué llave usar como qué puerta abrir.

El problema es que los pacientes no llegan con objetivos “de libro” sino más bien con quejas, peticiones vagas o incluso imposibles.

Convertir todo este batiburrillo en algo operativo puede ser más complicado de lo que parece.

Déjame que te cuente una historia antes de seguir.

Mi primo ha alquilado un bajo para montar su negocio. El local necesitaba reforma y, como es diseñador, diseñó una tienda estupenda.

Le envió los planos y los dibujos a un carpintero para que le fabricase un mueble y unas puertas a medida. El carpintero aceptó el trabajo y se puso a ello.

Resultado: A mi primo le está saliendo humo por la cabeza porque el carpintero no les hace caso: el dibujo y la realidad no se corresponden.

Lo cierto es que está un poco desconcertado ¿por qué el carpintero no mira los planos? ¡Si viene todo muy claro! y si tiene dudas de cómo hacer, ¿por qué no pregunta? La semana pasada llamó al carpintero y su respuesta fue:

Es que eso NORMALMENTE no se hace así.

Toma ya. No es que no mirase los planos, es que pensó que su idea era mejor que la de su cliente.

¿Qué te parece? Si te contasen esto, ¿contratarías tú a este carpintero?

Pues justo esto es lo que hacemos muchas veces en psicoterapia.

Las personas acuden a consulta con una idea en la cabeza de lo que quieren conseguir y lo que tendrían que hacer para llegar a ese objetivo. A veces esa idea puede coincidir con la de la psicóloga y todo genial, ¿pero qué pasa cuando no es así?

¿Qué idea es mejor? ¿La del cliente o la de la psicóloga? ¿Quién es más experto en la vida del cliente? ¿Quién conoce mejor al cliente? ¿Él mismo o la psicóloga?

Muchas terapias se atascan por este tema, los clientes no se sienten comprendidos ni escuchados y, por lo tanto, tampoco escucharán las sugerencias de la terapeuta.

No hay objetivos comunes.

En esta lección (que forma parte del curso “Estrategias en psicoterapia”) aprenderás a:

● Convertir las quejas y demandas en objetivos terapéuticos claros y viables.
● Qué hacer cuando una sesión entera se va en desahogo y no sabes qué proponer
● Cómo puedes reparar un error si te equivocas a la hora de establecer los objetivos.

HOLA

Me llamo Cristina Veira y trabajo desde hace casi 20 años como psicóloga clínica. Esto quiere decir que llevo casi dos décadas haciendo psicoterapia a diario.

No soy nadie especial.

No era (ni soy) la primera persona a la que acuden mis amigas/os a contarme sus problemas.

Tampoco gané nunca el premio de “valores humanos” de mi colegio (sí, teníamos un premio para casi todo).

Muchas veces desconecto cuando mi pareja me está contando algo que no me interesa.

Hago propósitos y luego no los cumplo.

A veces grito, me enfado y soy irracional.

No tengo superpoderes ni una super inteligencia.

Y aún así, cuando me pongo mi disfraz de psicóloga puedo escuchar, pensar y preguntar para favorecer el cambio.

Todo eso lo he aprendido, no lo tenía “innato.”

No hace falta tener superpoderes para ser psicóloga. Ni siquiera hace falta ser simpática en la vida real.

Solo hace falta buena formación, practicar mucho y querer mejorar.

A escuchar se aprende, a hacer preguntas se aprende y a plantear tareas…también se aprende.

¿Cómo lo hice yo?

Si te apuntas a mi newsletter recibirás un email diario donde escribo mis aciertos, miserias y aprendizajes que he tenido todos estos años.

Además, de regalo, te llevas la quinta lección del curso “Estrategias en psicoterapia.”