Cuando abres una clínica de psicología la principal preocupación es ¿tendré pacientes suficientes?

Antes de Internet, la manera de darse a conocer era la tradicional: poner carteles, dar tarjetas de visitas, establecer contactos con otros profesionales, elaborar trípticos o incluso anunciarse en la radio o en la televisión.

Todo esto tiene un coste medianamente elevado no sólo en dinero, sino también en tiempo y sin duda, algunas de estas estrategias offline siguen siendo efectivas. A la vista está que sigue habiendo carteles por la calle, tarjetas de visita y anuncios en la televisión.

Sin embargo, hoy en día tenemos la posibilidad de captar clientes de una manera económica (que no gratis) y eficaz si sabemos utilizarla correctamente.

Por supuesto, hablo de Internet en general y de Google en particular.

Hoy en día se dice eso de que “si no apareces en Internet, no existes”.

Bueno, esto puede no ser del todo cierto para gente que lleva años, décadas trabajando y que ya tiene cierta fama en la zona. Pero para alguien que empieza, no estar en Internet supone que lo va a tener mucho más difícil el que la gente acuda a su consulta. A no ser, claro, que se asocie con un “peso pesado” de su zona.

Tener una buena página web puede evitar que tengas que cerrar al año de haber abierto o puede hacer que tu consulta privada se convierta en tu medio de vida.

Así que si quieres abrir una consulta de psicología, hacer una página web de calidad debería estar entre tus prioridades.

¿Todavía quieres más ventajas? Aquí van cinco.

Es mejor que una tarjeta de visita.

En una tarjeta de visita poca información puedes mostrar: nombre, dirección, teléfono y poco más.

En cambio con una web puedes explicar todo lo que quieras acerca de tu trabajo: qué problemas resuelves, tus tarifas, tus horarios, un mapa de donde estás, etc. lo que tú quieras y consideres que va a ayudar a que la gente te llame lo puedes poner en tu web.

No hay límite de espacio ni de número de palabras.

Transmites una imagen más profesional.

Hoy en día no tener web es casi sinónimo de ser un poco cutre, de que no te implicas al 100% en tu negocio, y eso no es lo que quieres transmitir ¿verdad?

Sobre todo para los psicólogos más jóvenes que están empezando el poder dar una imagen de profesionalidad hace que los pacientes dejen de pensar en ellos como “alguien de prácticas” a “alguien que realmente les puede ayudar”.

Es más, aunque te parezca una tontería, tener una web hace que te creas más en ti y en tu profesionalidad

Sales de la clandestinidad.

Es la diferencia entre una tienda de ropa y un puesto en un mercadillo. Al margen de la realidad, en el cual la tienda puede estar sin licencia de apertura y el puesto tener todos los papeles en regla es la sensación que transmite.

La tienda parece un negocio “de verdad” y el puesto no (insisto, hablo de apariencias, no de realidades).

Pues algo parecido pasa si abres una consulta de psicología y no tienes una web bien montada, que darás la imagen de un terapeuta de mercadillo.

Posibilidad de hacer terapia online.

La terapia online amplía tu mercado a casi todo el mundo, salvando la barrera de los idiomas, claro.

Si quieres, ya no tienes que ceñirte a la terapia presencial sino que puedes plantear tu web como un sitio para hacer terapia online y de esta manera atraer pacientes de todo el mundo.

Así que si en tu ciudad, crees que hay muchos psicólogos ya, tener una web te permitiría vivir haciendo psicoterapia sin tener que mudarte.

Atraes clientes que de otro modo no acudirían a ti.

No todas las personas que acuden al psicólogo preguntan antes por alguna recomendación. Es más, la mayoría comienza su búsqueda por Internet y si ven algo que les convence, llaman.

Si no tienes una web, te perderás a todos esos pacientes que no quieren preguntar por un psicólogo y prefieren buscar uno por su cuenta.

Dicho esto ¿a qué esperas para comenzar a diseñar tu página web?