El otro día di de alta a un paciente. Estaba muy contento porque había conseguido los objetivos que nos habíamos marcado en la primera sesión.
A modo de broma, le recordé que cuando llegó no tenía nada claro que fuese a funcionar pero al final resultó que pedir cita en nuestra consulta fue el principio del fin de su problema.
Se rió y me dijo que sí, que cuando llamó no las tenía todas consigo y añadió: “es que pensaba que esto de los psicólogos era otra cosa, que no era para mí, menos mal que probé.”
Me pregunto cuánta gente habrá todavía como ese paciente, que no acude a consulta porque cree que “esto de los psicólogos” no va con ellos.
Con esta anécdota, me puse a pensar en los prejuicios que pone la gente para no acudir a un psicólogo y me salieron, así en dos minutos, unas cinco.
Ir al psicólogo es de locos
Bueno…según se mire y según lo que entiendas por loco. Para mí, hacer puenting es de locos y mira a la gente que va, qué contentos salen.
Ya llevo unos cuantos años en esto y no podría decirte qué clase de personas van al psicólogo: no tengo nada claro su perfil porque hay de todo: niños, adultos, hombres, mujeres, con trabajo, sin trabajo, a media jornada, padres, madres, abuelos, etc.
Al final, la gente que va al psicólogo no es por qué esté loca, sino porque tiene un problema, que ya ha intentado solucionar por otros medios y no lo ha conseguido. Por eso acude a consulta, para probar una solución diferente.
Ya fui una vez y no funcionó
¿Alguna vez has comprado fruta en una frutería y te salió mala? ¿Has dejado de comer fruta por ese motivo?
Lo normal es que, o bien le des una segunda oportunidad a la frutería, o bien te busques otra. Pero dejar de comer fruta no tiene sentido ¿verdad?
Pues lo mismo pasa con la terapia. Que hayas ido una vez a un psicólogo y no te haya ayudado no quiere decir que ningún psicólogo pueda ayudarte nunca más.
Tal vez sólo tengas que buscar uno que te convenza más. En este post te cuento algunas pistas para saber si un terapeuta es bueno o no.
No me gusta contar mis cosas
Estupendo, porque una terapia psicológica no va de contar tus cosas. Es más, nosotras siempre decimos que no es necesario ni obligatorio contar nada que uno no quiera contar.
Entendemos que es duro a veces hablarle a una desconocida y por eso nos adaptamos a la información con la que cada uno se sienta cómodo.
Una psicoterapia no va de abrirte las entrañas y hurgar dentro sino de pensar entre todos una manera mejor de solucionar lo que te preocupa.
Lo mío no tiene solución
Si estás en este caso, siento oír eso. No me voy a poner en plan “eso no es verdad porque todo tiene solución en esta vida y blablablá”. No conozco tu caso y tal vez tengas razón pero lo que me gustaría preguntarte ¿de verdad lo has intentado todo? ¿o existe una remota posibilidad de que tal vez un psicólogo te pueda ayudar? ¿un 1% de posibilidades, quizás?
Si has dicho que sí, tendrás que valorar si vale la pena intentarlo o resignarte.
Tengo amigos, no necesito un psicólogo
Esta no se me ocurrió a mí sola, en realidad, fue la frase de una amiga de una amiga. Me encantó.
Es como decir, “no necesito ir a la frutería, ya tengo carnicero”
Desde aquí quiero insistir, un psicólogo NO es un amigo y un amigo NO es un psicólogo.
La conversación y el contexto es diferente, no tiene nada que ver.
Así que si tienes amigos y aún así sigues teniendo problemas, quizás es hora de que te plantees la idea de hablar con alguien diferente.
Hasta aquí las cinco excusas, seguro que hay miles más. Eso sí, recuerda que también hay razones para NO acudir al psicólogo que son muy legítimas, no se tratan de excusas.
Moi bo post!! Hai máis excusas..seguro q tes segunda parte..