Si te interesa el tema del acoso escolar, puedes empezar por leer este otro post:
¿SÓLO UNA CUESTIÓN DE VÍCTIMA Y ACOSADOR?
Aquí tenemos la clave de lo que parece ser la solución, a nivel de prevención, para esta lacra social. Cuando un niño o una niña es acosado o acosada en su escuela, sus compañeros lo saben. Son testigos, más o menos directos, de esa violencia. Pero no hacen nada. No dicen nada.
De alguna manera, se posicionan del lado del acosador porque suele ser el chico popular, la chica guay. Posicionarse del lado de la víctima no tendría muchas ventajas sociales para ellos. Así, el bullying no es sólo un problema entre dos individuos, acosador y víctima, sino que es también un problema en el que intervienen el resto de actores del escenario social que es la clase: los profesores, los padres y, especialmente, el grupo de iguales. Por eso este grupo de iguales debe ser considerado como parte del problema y de su solución. Y en él se está centrando la investigación desde hace un tiempo.
A los compañeros que son testigos del acoso pero no dicen nada se les conoce como espectadores. Y conforman la mayoría del grupo. Desde ese rol de espectador de la violencia soportan y defienden la victimización de sus compañeros, pero a nivel individual, en la mayoría de los casos, desaprueban la conducta de bullying. Por eso parece clave la intervención con el grupo de iguales, con toda clase a nivel grupal. De hecho, se sabe que cuando el grupo de iguales interviene para detener el acoso éste suele detenerse.
¿SOLUCIONES?
Tradicionalmente, la intervención en los casos de acoso escolar se centra en la víctima y en el acosador. Los colegios suelen disponer de protocolos de actuación en caso de bullying. En Galicia, por ejemplo, a través de la Consellería de Educación se desarrolló el “Protocolo general de prevención, detección y tratamiento del acoso escolar y el ciberacoso”. Un protocolo en el que gran parte del contenido se dirige a la intervención una vez que ya ha tenido lugar el acoso escolar. Intervención centrada en la víctima y el acosador. Y, en nuestra opinión, al leer los pasos a seguir una vez detectado el bullying, hay momentos en que parece que estás leyendo más las instrucciones de un juicio o un interrogatorio que las de un protocolo escolar. Por otro lado, la parte destinada a la prevención es más bien escasa y parece estar insuficientemente desarrollada.
También es cierto que en España se empiezan a conocer otro tipo de iniciativas, como las que lleva a cabo la Fundación ANAR. Además de su teléfono de ayuda para niños y adolescentes en riesgo (del que os hemos dado ya algunas cifras), colabora con algunos centros educativos a través del “Proyecto Buentrato”. Este programa se basa en la creación de un pequeño grupo de alumnos (suelen ser de los más mayores del centro educativo) a los que se forma para que, valga la redundancia, ellos mismos formen a sus compañeros en el buen trato y que ayuden a resolver conflictos relacionales que surjan entre compañeros.
Y es que, como ya hemos dicho, uno de los temas más investigados actualmente en relación al acoso es el papel del grupo en cuyo contexto se produce. Y por esa línea se están encontrando los mejores resultados. Seguro que casi todos vosotros habéis oído hablar del método KiVa. En 2007 Finlandia sufrió una auténtica emergencia nacional en relación con el acoso escolar. En ese año un estudiante que había sufrido bullying entró en su escuela armado y asesinó a 7 compañeros, a la directora y a la enfermera del centro. Después se suicidó. Al año siguiente hubo otra masacre similar. Además, la tasa de suicidio de adolescentes del país era de las más altas del mundo.
En ese contexto, el Ministerio de Educación y Cultura de Finlandia encargó a la Universidad de Turku el desarrollo de un programa para la prevención del acoso escolar. Durante 3 años se realizó un estudio en 234 centros escolares para comprobar la eficacia del programa. Con fondos públicos. Y se comprobó, entre otras cosas, que KiVa reducía el acoso escolar en un 79%. Ahora mismo KiVa está implementado en más del 90% de todas las escuelas de Finlandia y comienza a extenderse a otros países, desde Francia hasta Sudáfrica. Siempre bajo el control de la Universidad de Turku.
¿Queréis saber más cosas sobre el método KiVa? Pues la semana que viene más.
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