Respuesta corta: depende de cada pareja y del terapeuta que les acompaña en el proceso.
Respuesta larga: Sigue leyendo.
Ir a una terapia individual puede dar cierto reparo, miedo incluso ¿qué tendré que decir? ¿qué me va a preguntar? ¿lloraré? ¿me servirá de algo? Son ejemplos de pensamientos que tiene la gente antes de acudir a consulta.
Si esto ya es así cuando va uno solo, cuando van dos, la cosa se complica:
¿Funcionará? ¿me dará la razón a mí o a él/ella? ¿y si me pregunta algo que no quiero decir? ¿tengo que contarlo todo, todo? ¿qué me mandarán hacer? ¿realmente vale la pena el esfuerzo? ¿y si lloro? ¿y si llora? ¿y si no sirve de nada? Yo no quiero hacerle daño pero si tengo que contar ciertas cosas…¿y si me hace daño a mí?
Así podría seguir, estas no son frases inventadas, son preguntas reales que se han hecho algunos pacientes antes de acudir a una terapia de pareja. Cuando nos enfrentamos a algo desconocido, es normal tener ciertos miedos y dudas.
Una manera de mitigar ese miedo es buscar información, saber de antemano con qué nos vamos a encontrar, a qué nos vamos a “enfrentar”. Cuando vamos por una ciudad desconocida, tener un mapa nos ayuda a sentirnos más seguros, a saber un poco por dónde tenemos que ir.
Así que escribimos este post con la idea de trazar este mapa, para que la gente que acude a nuestra consulta en busca de una terapia de pareja sepa un poco mejor qué se van a encontrar al llegar.
Por supuesto, este mapa, sólo sirve para nuestra consulta. Como dije en la respuesta breve, la terapia no sólo depende de las parejas sino también del terapeuta.
Empezamos por las “normas”, o las marcas de contexto.
Qué hacemos en una terapia de pareja
- Preguntamos qué quieren conseguir, cuáles son los objetivos. No todas las parejas buscan lo mismo. Unas quieren discutir menos, otras de forma diferente, otras quieren recuperar la chispa, otras quieren averiguar si les vale la pena estar juntos, etc.
- Buscamos la parte sana de la pareja: los buenos momentos, las fortalezas, los apoyos. Buscamos y escarbamos para saber con qué recursos cuenta la pareja para estar mejor. Al principio puede parecer que no hay nada, pero eso es sólo una sensación: SIEMPRE hay algo, sólo hay que saber buscarlo.
- Intentamos entender a ambas partes. Es más, intentamos que se entiendan entre ellos. Que trasciendan de las discusiones y vayan un poco más al meollo de la cuestión. Cuando se discute mucho por tonterías, lo habitual es que, en el fondo, se esté discutiendo por el tipo de relación que están teniendo entre sí.
- Utilizamos el sentido del humor como arma curativa. También podemos proponer soluciones que se salen de lo habitual o ejercicios un tanto extraños, pero siempre con un propósito: que los miembros de la pareja mejoren.
¿Cuántas sesiones dura una terapia de pareja?
La respuesta es la misma que para una terapia individual. Las mínimas posibles pero todas las necesarias.
Si esto suena muy ambiguo, lo puedo poner un poco más explicito.
En una terapia de pareja hay que compartir el tiempo de sesión entre dos personas, por eso solemos pedir un compromismo inicial de tres sesiones para que nos dé tiempo a comprobar nuestras hipótesis de tratamiento. Es el tiempo que necesitamos para saber si vamos por buen camino o si tenemos que cambiar el plan. O como dirían los médicos: necesitamos ese tiempo para ver “si la medicina hace efecto.”
Por otro lado, la evidencia científica señala que si nos ponemos en la sexta o séptima sesión sin que haya habido ninguna mejoría en ningún aspecto, difícilmente va a haber mejoría más adelante. Ojo, no estoy diciendo que si a la sexta sesión las cosas no están perfectas, no lo van a estar nunca sino que si no ha habido NINGUNA mejoría, quiere decir que nuestra terapia no está funcionando.
En este caso lo diríamos y veríamos las opciones que hay.
Hasta aquí, espero que este post haya servido para aclarar algunas dudas y si aún así hay algo que no tienes claro, puedes llamarnos sin ningún tipo de compromismo.
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