La Nueva Psicopatología (VIII): Trastorno por Ilusión de Control

Psicopatología

 

Ya me estaba tardando un nuevo post sobre la “nueva psicopatología”, una serie que pretende clasificar las enfermedades mentales sin ningún rigor científico pero con todo el respaldo de nuestra experiencia clínica.
El común denominador de estas enfermedades es que su curación pasa por que el paciente haga algo diferente en su vida. Puede ser un cambio pequeño o grande, pero lo importante es que sea diferente a lo que está haciendo…porque lo que está haciendo no le funciona.
La enfermedad de hoy es: Trastorno por Ilusión de Control (TIC)

Dicen los entendidos que estamos en la era de la información. Yo creo más bien que estamos en la era del control.
 Nos han vendido la idea de que si podemos medir algo, lo podemos controlar: relojes que miden las pulsaciones, glucómetros de bolsillo para no diabéticos, apps que registran el tiempo que dedicas a cada cosa, que miden la cantidad de leche que consume un bebé, las horas que dormimos, colegios que envían los deberes a los padres para que sepan lo que tienen que hacer sus hijos, controles de calorías consumidas, básculas, y un sinfín de cacharrería dirigida a hacernos pensar que tenemos el control sobre todo.
¿Para cuándo una app que registre los pensamientos? ¿y las emociones? ¿Os imagináis una vida donde cada mañana puedas ver en una gráfica tu tendencia emocional de los últimos meses?
A ver si voy a estar soltando aquí la idea del millón y alguien me la copia y se forra a mi costa.
Pero no,  ojalá no ocurra. No quisiera contribuir aún más a esta epidemia del control por el control.
Porque es precisamente esta falsa creencia de que todo se puede controlar la que hace que muchas personas acaben en la consulta de un psicólogo.

Hay cosas que no se pueden controlar, y punto.

 Hay algunas personas que, debido a esta ilusión de control sienten que si piensan o sienten algo negativo es por su culpa, porque no saben controlarlo bien. No niegan la mayor, sino que buscan dentro de ese paradigma de control las manera de evitar esos pensamientos y sensaciones.
De esta forma, estos enfermos intentan de manera activa que les entre sueño de manera voluntaria o no pensar de una determinada forma, o que sus hijos amen los estudios y se pongan a hincar los codos con una sonrisa en la boca. Cuando fracasan en los intentos, no desisten porque piensan que debe haber una manera, algo que ellos puedan hacer CONTRA su problema.
Han caído en la trampa y acaban enfermos: la enfermedad del TIC. Esta trampa consiste en que, cuanto más intentan controlar lo que les ocurre, más les sucede. Como si intentase agarrar una masa viscosa con las manos. Por mucho fuerte que aprieten, siempre se escurre.
Las masas viscosas, como los pensamientos o las emociones no se pueden doblegar con fuerza bruta, de manera directa. El cerebro es mucho más listo y hacerlo de esta forma sería como darnos de cabezazos contra una pared.
Porque no se trata de poner empeño y fuerza de voluntad, se trata de aceptar que hay ciertas cosas que no se pueden evitar y, a partir de ahí, trabajar desde esta premisa:

Si no puedes vencerlos ¡únete a ellos! (o al menos
confúndelos como diría Groucho Marx).

Ya que no puedo evitar pensar así, voy a hacer cosas con estos pensamientos. Es más, voy a intentar que vengan a mi cabeza de manera voluntaria, por ejemplo.
Como decirle al dragón: ¡ven, a ver si te atreves, no te tengo miedo!
No se trata tanto de lo que hagan después sino de que acepte que no se puede controlarlo todo y que hay situaciones que, simplemente no se pueden evitar.

 

Si la persona con esta patología consigue cambiar esta perspectiva, el camino hacia su salvación está trazado. Ya tiene una guía que no lo va a perder en acciones inútiles sino que todo lo que haga a partir de ese momento, irá encaminado no a evitar los pensamientos o sensaciones sino a trabajar con ellos y llevarlos a su terreno.

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