A lo largo de la historia de la psicoterapia nos encontramos con diferentes explicaciones a esta pregunta: que si resistencias, que si defensas rígidas, que si amenazas a la homeostasis. Todas ellas ponen el foco del problema en el paciente, todas asumen que, efectivamente, hay personas que no quieren cambiar por más que tengan la solución al alcance de la mano.
Personalmente, creo que esta pregunta (y sus respuestas) no suelen llegar a nada útil, a nada que nos aporte una solución al problema que tenemos delante. Quizás, habría que cambiarla por la de ¿por qué CREEMOS que algunos pacientes no quieren cambiar?
Esta pregunta ya resulta más interesante ¿verdad? Cuando no encontramos una solución a nuestros problemas, lo más sensato es ir a los supuestos que estamos teniendo para plantear dicho problema. De lo contrario, estaríamos dando vueltas en círculo y haciendo “más de lo mismo.”
Un saludo,
Cristina
PD: Este post está inspirado en esta cita de De Shazer: “El cambio sólo es posible cuando SE ASUME que los clientes siempre desean cambiar.”
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