Cuando decides divorciarte

Psicopatología

divorcio

Cuando tú o tu pareja, o los dos, decidís que no podéis continuar la relación, comienza una nueva etapa en vuestra vida.

Aunque socialmente parece que el divorcio es un fracaso, no tiene por qué ser así. De hecho, puede ser la salida más digna y saludable a una situación insostenible.

Aun con todo esto, los cambios cuestan y un cambio como una separación puede ser doloroso, tanto o más que un duelo por el fallecimiento de un ser querido. De hecho, el proceso puede ser algo similar al de un duelo porque aunque no haya muerto nadie físicamente sí ha habido un fallecimiento: el de vuestra relación de pareja.

Darte cuenta de esto te puede ayudar a permitirte estar mal, a llorar, a pensar en el pasado, a recordar lo bueno y a lamentarte por lo que ya no está.

Lo malo es que no suele haber funeral cuando decidís la separación. Más bien al contrario: abogados, textos legales, acuerdos, reproches, llamadas de teléfono, indirectas a través de Facebook, etc.

Parece como si el mundo se pusiese en vuestra contra para terminar el proceso de duelo de una vez, y darle una despedida digna a vuestra relación. ¿De verdad existen divorcios amistosos?

Hay parejas que consiguen llevarlo de una manera pacífica y sin mayores trabas pero eso no les quita el dolor. Cierto dolor es casi inevitable, aunque vaya acompañado en ocasiones de la sensación de alivio.

Es más, no admitir este dolor puede llevar a que la situación se complique porque achacas ese malestar al otro y no al propio proceso de duelo.

¿Acaso alguien le echaría la culpa al fallecido del dolor que se siente por su muerte?

No, el duelo es de cada uno por la relación, o por el ideal de pareja que veía en el otro y la decepción por no tenerlo ya, o por tener el “corazón roto” en el caso de que la decisión fuese unilateral.

Pero este sentimiento tan desagradable forma parte de la vida y no es en absoluto ninguna enfermedad. Admitirlo y saber también que desaparecerá con el tiempo si sabemos adaptarnos a la nueva situación es lo mejor que puedes hacer cuando decidís dar el paso hacia la separación.

cuando decides divorciarte

Por supuesto,  ahora siempre he estado hablando de una situación en la que no hay hijos de por medio. Cuando hay menores, la cosa cambia, es más delicada.

Porque la relación no muere, sólo se transforma en algo diferente. Hay un doble cambio, a veces triple.

  • Adaptarse a la vida sin pareja.
  • Adaptarse a la vida sin hijos, al menos algunas horas a la semana.
  • Adaptarse a la vida con hijos y sin pareja.

Tienes que tener muy claro que son  asuntos diferentes y no confundirlos pues el dolor en uno te puede llevar a dificultar la adaptación del otro.

Por ejemplo, parejas que siguen quedando en el parque por los hijos, para que no pierdan “la normalidad” aunque para ellos sea muy doloroso verse así.

En ningún caso hablamos de malas o de buenas personas, ni de quién tiene la culpa ni de quién la deja de tener. El dolor de un divorcio puede ser tal, que te lleve a querer que el otro sienta lo mismo.

Lo malo es que esto nunca es la solución. Tu duelo no se irá porque al otro le duela más. Cada uno tiene que pasar su propio proceso a su manera y, como no es una carrera, el que más corre no siempre es el que gana.

Ahora bien, si sientes que ya no puedes más, pide ayuda. No te quedes con la sensación de impotencia y soledad. Los duelos se pasan mejor acompañados y una separación no deja de ser un duelo, como he repetido ya.

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