Durante mi practicum coincidí con una PIR. Era un ser misterioso para mí, ¿qué hacía exactamente? Recuerdo que me dio un número de teléfono y me dijo: “es el número de una academia que prepara el PIR, llama y allí te informan mejor”.

Así, como si me hubiese dado el contacto de un camello de confianza.

Me sonaba todo tan raro, ¿por qué nadie hablaba de esto en la facultad? (corrían los tiempos de la LOU y todo la psicología es sanitaria y tal…). Al final llamé y me engancharon pero eso es otra historia.

Afortunadamente, las cosas han cambiado y hoy en día se habla mucho del PIR en la Universidad y en el Colegio Oficial de Psicología, dan información totalmente veraz de cómo es la residencia.

Y si no me creéis a mí, creed a mis compañeros a los que he preguntado qué cosas se escuchan hoy en día. Ya veréis como es información de calidad de la buena, buena.

1. Pasamos cuatro años poniendo cafés a los psiquiatras

Claro, al Ministerio le encanta desperdiciar el dinero en contratar camareros supercaros para los psiquiatras. Todos sabemos que son un colectivo especialmente proclive al consumo de esta bebida y que de no ser por nosotros, se perderían horas de trabajo en la cafetería.

¿Qué luego algún psicólogo clínico llegue a ser jefe de servicio o coordinadora de área? Será por su maestría al hacer capuchinos y no porque tengamos la misma categoría profesional que un psiquiatra.

2. Durante el PIR no se aprende psicoterapia

Cierto, nos pasamos cuatro años, 35 horas a la semana (unas 6.720 horas en total, sin contar las horas de atención continuada) haciendo cafés. Algunos hasta nos llevamos el molinillo al trabajo.

Si es que estos del Ministerio son unos insensatos, pensar que el mejor modo de aprender a hacer psicoterapia es viendo y haciendo psicoterapia es una locura. Es como pensar que la mejor manera de aprender a operar es viendo operaciones y ayudando en ellas.

3. No sabemos neuropsicología/psicooncología

Por supuesto, ni idea. Los cafés nos ocupan demasiado tiempo. De hecho, cuando rotamos por estas especialidades, durante unos 3-6 meses (840 horas de prácticas reales, más o menos), intentamos no aprender nada, no vaya a ser que nos acusen luego de querer tratar a los pacientes.

4. No nos especializa en nada

Cierto, el PIR no es el final. Todos nosotros tenemos que seguir formándonos. No como esos Másters tan buenos que en un año te enseñan todo lo que necesita saber un psicólogo.

Cuatro años de prácticas con pacientes reales, investigando, trabajando en equipo no son nada al lado de esas clases magistrales y de esos role-playing tan bien organizados.

5. Un PIR recién acabado no tiene experiencia

Esto empieza a repetirse, creo que ya han dejado claro que un PIR es un pobre patán que no tiene experiencia, que no sabe nada más que hacer cafés y que no es especialista en nada. ¿Por qué insistirán tanto en eso?

¿Acaso la gente tiene la valentía de decir que esto no es verdad? Ahora vendrá más de uno a decir que cuatro años de trabajo remunerado sí se consideraría experiencia en cualquier otra profesión, pero claro, esos no se enteran de nada. Por ejemplo, los cirujanos, cuando terminan el MIR, tienen que hacer corriendo un master de apendicectomías porque si no, no sabrían ni dónde está el apéndice. Imaginaos un MIR recién salido operando o recetando ¡qué locura!

6. Durante el PIR se ve a los pacientes cada 3 meses

Vaya, esto empieza a ser confuso, ahora entiendo todo el revuelo. ¿Pero no decían que sólo ponemos cafés? Menos mal que estoy yo aquí para aclararlo todo. Lo que ocurre es que a veces se nos permite ver algún caso de esos “de charlar” para que estemos contentos. Ya sabéis que para hacer un buen café hay que estar alegre.

Los Pires, como queremos aprender, acabamos viendo esos pacientes, y muchos. Además como tenemos a agenda despejada, podemos trabajar “como si estuviéramos en una privada”, viéndolos con la frecuencia que necesiten.

Lástima que no tengamos ni idea de psicoterapia, ¿te imaginas lo que podría hacer un graduado con tantas horas de prácticas por delante? Al final de mi residencia me pasé cinco meses viendo pacientes yo solita, los citaba cada semana o cada quince días, según (y una hora cada uno). ¡Menuda pérdida de tiempo, yo pensaba que hacía psicoterapia y resulta que estaba equivocada!

7. Somos unos privilegiados

Esto es una verdad incómoda, algo que mucha gente no sabe, pero yo estoy dispuesta a decir toda la verdad, cueste lo que cueste.

Ahí va:

La plaza PIR nos la dan por pertenecer a la Sagrada Logia de la Masonería Acmeriana. Linaje que se transmite de familia en familia, de ahí que muchos acabemos emparentados para no perder la herencia y que nuestra sangre se mantenga pura.

Esto del examen es un paripé para que los muggles crean que, si estudian duro, pueden sacar una plaza.

Bueno, espero que ahora nos queden más claras las cosas. Si no, la resumo en una:

4 meses de prácticas de máster es igual 4 años de trabajo remunerado, que a su vez es igual a 4 semanas de prácticas de Grado.

Este es el mensaje que nos quiere transmitir el COP y la Universidad. Y aquí estoy yo como buena colegiada para defender su postura: 4 semanas= 4 meses=4 años

Firmado: Alguien que ha hecho el PIR, estudiado dos Masters, trabajado en la pública, en la privada y la concertada. No le gusta el café.