Hace unos años acudió a nuestra consulta un matrimonio que quería intentar una terapia de pareja. Vinieron a nosotras por recomendación de un psiquiatra, que, después de escuchar a ambos, entendió que la terapia individual no iba a ser tan eficaz como una de pareja.

Tres sesiones después acordaron la separación.

¿Tuvo éxito la terapia?

Según a quién le preguntes.

A la pareja los llamamos al año de haber estado en consulta. La mujer nos dijo que acudir a nosotras le había ayudado a aclararse las ideas, y a dejar de luchar por algo que sentía perdido desde hacía ya tiempo. Al principio la separación fue dolorosa pero ahora mantiene una relación cordial con su ex marido.

Por su parte, el hombre nos comentó que la terapia le ayudó a poner fin a algo que le estaba agobiando. Si bien fue muy duro aceptar que su mujer se quería separar, una vez pasado el período inicial se dio cuenta de que podía comenzar de nuevo. De hecho, estaba comenzando una relación con una nueva pareja. Respecto a su ex mujer, nos dijo que mantienen el contacto por el niño, pero que no son amigos de irse a de copas.

La versión del psiquiatra es que no, ya que él nos mandó a esta pareja para que intentáramos que siguieran juntos.  Él había intentado convencerlos por separado de que lo mejor era intentarlo porque tenían un niño pequeño en común y tenían que arreglar las cosas. (Esta opinión la sabemos de manera indirecta, ya que la mujer nos la contó porque ella sigue acudiendo a ese psiquiatra).

Pensándolo bien, cada uno tiene su parte de razón. Todo depende de cuál crees que es el objetivo de una terapia de pareja. En nuestro caso lo tenemos muy claro, y al final del post os diremos lo que pensamos.

Sin embargo, la cultura, la tradición, hacen que tengamos prejuicios sobre lo que debe ser el éxito de una terapia de pareja. Así que aquí van algunos de los objetivos erróneos, o que al menos nosotras no contemplamos en consulta.

Objetivo erróneo 1: Mantener la convivencia

Podíamos continuar este objetivo con la coletilla…a toda costa. No tiene ningún sentido intentar que dos personas sigan unidas a pesar de que ellos, o al menos una de ellas, haya expresado su deseo de separarse.

Objetivo erróneo 2: Dejar de tener conflictos

Es erróneo porque es irreal, todas las parejas tienen conflictos, TODAS. Proponer como objetivo dejar de discutir del todo es lo mismo que pedirle peras al olmo. No va a suceder jamás. De hecho, continuar con ese pensamiento de “las cosas sólo irán bien si dejamos de discutir del todo” provoca que cada discusión se viva con más miedo e intensidad que si bajásemos el listón.

Objetivo erróneo 3: Que el terapeuta hable por nosotros.

Por ejemplo, que el terapeuta le cuenta a mi pareja que yo he sido infiel. Es un objetivo equivocado porque el psicólogo no es la persona indicada para decir esto. Otra cosa es que pueda ayudar a transmitir el mensaje pero nunca, jamás, debería hacer de mensajero dentro de una pareja.

El objetivo de una terapia de pareja

Por fin hemos llegado al final del post y aquí os podremos decir cómo entendemos nosotras una terapia de pareja.

En realidad, no vamos a decir nada nuevo ni a descubrir la pólvora pero visto lo visto con nuestro amigo el psiquiatra, creo que hay mensajes que son necesarios repetir cada cierto tiempo, para que no se olviden.

El objetivo de una terapia de pareja es que cada uno de sus miembros viva una vida mejor. Esta vida mejor pueden vivirla juntos o por separado. De entrada no lo sabemos porque eso es parte del camino que tienen que recorrer.

¿Sorprendente? Ahora, según este objetivo, ¿tuvo éxito la terapia para el caso del principio o no?