Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que escribimos sobre la nueva psicopatología. Sin embargo, gracias al post anterior, nos hemos dado cuenta de que hay un síndrome que no habíamos descrito aquí a pesar de que lo tenemos bien detectado cuando alguien aparece con él en la consulta.
Como siempre, advertimos de que este post carece totalmente de rigor científico y su única finalidad es la de entretener a la persona que lo escribió y a algún lector/a que se preste a leerlo.
Así que si seguís leyendo es bajo vuestra total responsabildadad.
Síndrome de la queja inquieta
Se trata de un trastorno bastante escurridizo de difícil detección para el ojo inexperto, ya que la persona que lo padece tiene la habilidad de atrapar a la persona que lo escucha en su propio mundo y en su desesperación.
A nivel epidemiológico, se detecta más en mujeres que en hombres.
Es un síndrome de inicio tardío, el primer síntoma suele aparecer alrededor de los 35 años aunque también se han dado casos de inicio precoz en la adolescencia.
Por las propias características del síndrome, el porcentaje de recaídas es muy alto, más del 67%. Además, se trata de un síndrome que tiende a la cronificación, especialmente si no se trata de la manera adecuada.
Aunque no disponemos de datos históricos, ya que este síndrome se ha descubierto recientemente, sospechamos que su incidencia se ha mantenido constante a lo largo del tiempo. Esta deducción la hacemos gracias a novelas y escritos antiguos donde se describen personajes que cumplen con los criterios diagnósticos de esta enfermedad.
Características diagnósticas
A. Pensamientos recurrentes de corte pesimista y/o perfeccionista acerca de su situación personal, familiar o laboral, varias veces al día al menos durante 15 días.
B. Discurso centrado en la queja, acompañado de una incapacidad para detectar aspectos positivos, o excepciones en su vida y/o en la de su familia.
C. Sensación subjetiva de insatisfacción general acompañada de 2 o más de:
Sentimientos de vacío y/o incomprensión.
- Tendencia al aislamiento.
- Búsqueda continua de ayuda, con rechazo posterior de la misma.
- Discurso centrado en su problema, con dificultades para cambiar de tema.
- Alteración en el nivel de actividad de la persona, bien por exceso (elevado nivel de actividad para lo que sería adecuado en una persona de similares características a las del paciente) o bien por defecto (bajo nivel de actividad comparado con la población normal).
D. El trastorno causa malestar clínicamente significativo y existe un deterioro laboral, social y/o familiar del sujeto.
E. El trastorno no se explica mejor por un consumo de sustancias ni por una enfermedad médica.
Especificar si:
- Con aislamiento social.
- Sin aislamiento social.
Tratamiento
Se trata de un trastorno escurridizo, y de tratamiento complejo.
El tratamiento de elección se basará en mantener una sólida relación terapéutica acompañada de una ausencia total de consejos por parte del terapeuta. En este punto el terapeuta ha de mantenerse firme ya que cualquier consejo por su parte contribuirá al agravamiento del síndrome.
Debido a las características propias de los síntomas, las personas que padecen este síndrome suelen tener poca o nula conciencia de enfermedad. Sin embargo, se desaconseja tratar la conciencia de enfermedad ya que los estudios* han demostrado que es contraproducente y puede llegar a agravar los síntomas.
Además, el o la terapeuta debe demostrar su habilidad para esquivar las quejas, que van cambiando de forma e intensidad, y para rebuscar lo que no está infectado por las mismas.
Por lo tanto, se aconseja un trabajo en equipo o contar con supervisión, tanto para favorecer su diagnóstico como para evitar las recaídas que son bastante frecuentes en este tipo de trastorno.
*No hay ningún estudio, como dije al principio, todo esto es inventado.
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