Como psicóloga, creo que el lenguaje determina la realidad. La forma de expresarnos moldea nuestra propia percepción del mundo, de los demás y de nosotras mismas.
En nuestra consulta damos mucha importancia a las preguntas que hacemos y al lenguaje que utilizamos. Sabemos que una sesión puede ayudar más o menos en función de lo que nosotras le digamos a las personas que acuden a nosotras.
Por eso tenemos algunos guiones preestablecidos, algunas preguntas clave que solemos utilizar porque sabemos que pueden ser muy útiles de cara a la mejoría terapéutica.
Una de ellas es “la pregunta milagro” que propuso Steve De Shazer por primera vez y que luego ha tenido muchas variantes.
Se puede adornar con un discurso sobre un milagro, o sobre magia o lo que sea pero básicamente, consiste en preguntar: ¿Qué vas a hacer cuando no tengas este problema que te trae ahora aquí?
Ojo que no preguntamos ¿qué harías si…? sino ¿qué harás cuando…? En el primer caso, nos moveríamos en lo posible mientras que en el segundo caso, damos por hecho que el cambio se va a producir en algún momento. Y esto tiene efecto sobre las personas que acuden a consulta, se ponen en un modo de mejora sin darse cuenta y comienzan a hablar de objetivos alcanzables.
Un saludo,
Cristina
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