No puedes evitar volver al trabajo después de las vacaciones y por eso agarras un síndrome postvacacional. Es más, puede que incluso enfermes antes de irte a descansar, entonces lo que tienes es un síndrome prevacacional en toda regla.

No hay escapatoria, antes o después vas a estar triste, enfadado o nervioso por el motivo que sea y como está mal decir que te cabrea volver a trabajar y que no te apetece nada, dices que tienes un síndrome postvacacional y hasta te puedes pedir la baja.

Todo ventajas ¿verdad?

Cada uno inventa su propia realidad y si uno se quiere inventar una enfermedad, es libre de ello. Ahora bien, que asuma las consecuencias. Vivir en un mundo lleno de enfermedades tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Las ventajas son más a corto plazo: elimina la culpa y la necesidad de hacer algo para solucionarlo porque no está en tu mano.

Los inconvenientes vienen a la larga, cuando te das cuenta de que sólo tú puedes hacer algo para arreglar las cosas pero no tienes las herramientas necesarias para combatir esa enfermedad.

Porque no es lo mismo desenfadarse que curarse de un síndrome postvacacional. Ya lo decía mi abuela, que el que se enfada trabajando tiene dos trabajos: desenfadarse y trabajar.

Una vez inventado el síndrome, hay que buscar una cura y eso no es tan sencillo, aunque nosotras hemos dado con un truco infalible.

Cómo curar el síndrome pre y postvacacional

El que tiene un síndrome no puede hacer nada, sólo compadecerse de sí mismo y esperar a curarse como si de una gripe se tratase…hasta que vuelva a haber vacaciones.

Al tratarse de algo ajeno a uno mismo, como son las vacaciones, parece que no hay escapatoria. Que sí o sí tienes que padecer el síndrome. Así que para curar esta epidemia hay que ir a la verdadera raíz del problema.

Hay que prevenir, vacunarse contra ello.

¿Nadie se ha dado cuenta de que el problema no es el trabajo sino las vacaciones? Ya lo dice el nombre pre/post VACACIONAL. Es decir, lo que daña el cuerpo es el descanso.

Si corremos el riesgo de enfermar antes o después de irnos a descansar ¿no será mejor eliminar ese descanso? No tomes vacaciones nunca más y estos dos síndromes desaparecerán de tu vida para siempre, garantizado.

Así pues, señores de Sanidad, por el bien de la Salud Pública, les recomendamos que hagan un decreto ley que elimine las vacaciones de una vez por todas, ya que producen tanto daño en la población que podría hasta considerarse una epidemia.

Ahora un poco en serio (sólo un poco)

Cómo nos gusta a los psicólogos y demás encargados de la salud mental inventarnos enfermedades. Nosotras mismas los hacemos con nuestra sección de la nueva psicopatología.

Es que es tan sencillo inventarse una enfermedad. No tienes más que escoger una emoción desagradable y ponerle un nombre que cumpla dos características:

1. Que no suene a emoción.

Las emociones son malas y no nos gusta sentir. Se supone que si nos emocionamos es que algo estamos haciendo mal. No sé en qué momento nos han vendido la moto de que tenemos que pasar por la vida siendo balsas de aceite imperturbables.

2. Que haga alusión a algo que no puedas controlar.

Por ejemplo, las vacaciones, la regla, una boda, un embarazo. Son circunstancias de la vida que…no, rectifico, es la misma vida la que te está pasando y no puedes hacer nada para evitarlo.

Con estas dos condiciones, podemos inventarnos todas las enfermedades que queramos…hasta que nadie, nadie, pueda decir que está sano del todo.