La Nueva Psicopatología (XI): Síndrome de la Pareja que Discute Demasiado

Psicopatología

Este capítulo de la nueva psicopatología es especial, porque no se trata de una enfermedad individual sino compartida. Hasta ahora, sólo el delirio compartido (o folie a deux como les gusta decir a los franceses) estaba incluido dentro de las clasificaciones tradicionales, aunque eso sí, cada vez con menos peso.

La psicopatología tradicional se centra en el individuo, en lo que tiene esa persona de problemático, de “anormal” o de patológico. ¿Pero qué ocurre cuando la enfermedad no está en nadie en concreto sino en la relación que tienen dos personas? ¿cuáles son los neurotransmisores dañados? ¿a quién le prescribimos las pastillas? ¿la mitad de la dosis para cada uno?

Por eso las clasificaciones tradicionales no consideran a la pareja enferma como una enfermedad en sí misma, a pesar de ser una de las mayores causas de sufrimiento del mundo occidental. Y si no me crees, bucea un poco en la literatura y el cine, que está plagado de estas situaciones donde las parejas no funcionan, a pesar del empeño de las personas implicadas por seguir juntas.

Las personas somos seres sociales y por eso no hay que obviar que la disfunción, “la enfermedad” también se puede dar en ese ámbito. Cuando dos personas se juntan, se crea un “ente” con reglas y personalidad propias, se llama “relación”.

A veces la relación, como ente con vida propia que es, enferma al margen de los individuos que conforman dicha relación. Es decir, cada persona por separado está perfectamente pero cuando se juntan es cuando se produce la “explosión” y el sufrimiento.

No hay nada de enfermo en ninguna de las personas sino que la enfermedad reside en la relación.

Dicho esto, paso a enumerar los criterios diagnósticos para este síndrome totalmente inventado:

SÍNDROME DE LA PAREJA QUE DISCUTE DEMASIADO

A. Patrón regular de comportamiento disfuncional de dos personas que mantienen una relación sentimental, caracterizado por 3 o más de:

  1.  2 o más discusiones de intensidad media al día, por motivos aparentemente absurdos y banales.
  2. 1 o más discusiones fuertes al mes, que dura varios días y que suele incluir gritos e insultos.
  3. Reproches continuos entre ambas partes, seguidos de silencios incómodos un mínimo de 3 veces al mes.
  4. Sensación de al menos uno de los miembros de la relación de que tiene que ir con cuidado de lo que dice para evitar discusiones.
  5. Malestar intenso cuando se hacen planes en conjunto, o cuando se acude a eventos sociales y/o familiares.

B. El patrón regular de comportamiento disfuncional descrito en el criterio A puede ir seguido de períodos de relativa calma donde la pareja se encuentre bien. Sin embargo, estos períodos cada vez serán más breves a medida que pasa el tiempo.

C. La disfunción causa malestar clínicamente significativo en al menos uno de los miembros de la pareja.

D. La disfunción causa deterioro social o laboral en al menos uno de los miembros de la pareja.

E. Las personas que forman la pareja refieren encontrarse bien al margen de su relación. Por lo tanto, esta disfunción no se explica mejor por otro trastorno mental ni es debido al consumo de sustancias ni a otra enfermedad médica.

TRATAMIENTO

El tratamiento de esta enfermedad es complejo y sólo debería ser llevado a cabo por profesionales muy expertos en la materia de las relaciones interpersonales.

En ocasiones, es complicado salvar la relación y el objetivo en este caso sería que la relación desapareciese con el menor dolor posible. Sin embargo, cuando las personas implicadas están dispuestas a intentarlo todo y cuando hay parte sana en la relación, quizás se pueda salvar.

En este caso, el primer paso suele ser que cada miembro de la pareja responda a la siguiente pregunta: ¿qué prefieres, tener razón o llevarte bien?

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1 Comentario

  1. interesante enfoque, por lo novedoso. Explica muchas cosas. Y sobre todo aclara que nadie tiene la culpa, nadie está enfermo, nadie debe pagar. El problema es la relación. El problema fue meterse a esa relación. Y el problema es cuando, producto de la relación quedan descendientes.

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