Hace unas semanas escribimos por aquí las razones por las que acudir al psicólogo. Es verdad que es difícil resumirlas en unas líneas y seguro que se nos quedaron en el tintero muchas razones pero así es la vida, imperfecta e incompleta.

Para no parecer que estamos vendiendo las maravillas de acudir a una consulta de psicología, hoy escribimos la otra cara de la moneda: la de aquellos que piden cita pero que en realidad no tienen por qué acudir.

En nuestro trabajo, intentamos ser los más sinceras y honestas posibles. Por eso si sentimos que no te estamos ayudando o que no somos las más indicadas para resolver tu problema, te lo hacemos saber.

No nos gusta crear problemas donde las personas no ven ninguno ni intentar solucionarlos cuando sabemos con bastante certeza que no estamos capacitadas para ello.

Por eso, para ahorrarte una consulta, escribo aquí algunas situaciones para las que no se necesita ir al psicólogo.

1. Cuando estás bien como estás

Si unos se encuentra bien y no tiene ningún problema que no pueda resolver por sí mismo, no es necesaria la ayuda de un psicoterapeuta.

Puede parecer obvio lo que estoy diciendo pero lo veo necesario porque eso de que “todo el mundo necesitaría ir al psicólogo” es falso.

Cuando una persona acude a nuestra consulta, es porque tiene algún problema que quiere resolver:

• No controla su ira.
• Tiene mucha ansiedad.
• No sabe qué hacer con su vida.
• Etc.

El problema puede ser más concreto o más vago (de concretarlo ya nos encargamos nosotras si podemos), pero algo tiene que darnos el paciente para poder comenzar a trabajar.

Sinceramente, no sé si hay psicólogos que se dedican a hacer “chequeos de salud mental” al estilo médico de cabecera pero lo que sí sé es que nosotras no atendemos de esa manera.

2. Cuando estás bien como estás….pero otros te dicen que no estás bien.

Es una variante del caso anterior, con un ligero matiz. En esta situación, la gente de tu alrededor te machaca diciendo que tú tiene X problema y debes pedir ayuda urgente.

Sin embargo, tú no ves nada por lo que preocuparte pero comienzas a preocuparte por si los demás tienen razón y hay realmente algún problema contigo.

Si acudes a nuestra consulta en esta situación, lo más probable es que pasen dos cosas:

• Que te digamos que no hace falta que vengas si no crees tener ningún problema.
• Que invitemos a la consulta a esas personas que dicen que tienes un problema porque son ellas las que más preocupadas están. Son a ellas a las que podemos ayudar.

3. Cuando el problema se solucionaría con otro profesional.

De esta situación ya hablamos en otro post sobre cuándo derivar a otros pero aquí escribo desde el punto de vista del paciente, antes de acudir a ninguna parte.

Antes de llamar, hazte la siguiente pregunta:

¿Tu problema se solucionaría con un abogado, un fisioterapeuta o un logopeda? Porque si la respuesta es que sí, llama primero a alguno de estos profesionales antes que a un psicólogo.

Los psicoterapeutas no tenemos varitas mágicas ni soluciones para todo (¡ya nos gustaría!) así que ante problemas legales o musculares, poco podemos hacer.

Otra cosa diferente es que alguno de estos profesionales te hayan derivado al psicólogo y tú confíes en ellos lo suficiente como para pensar que nosotras te podríamos ayudar.

4. Cuando no quieres ir

Puede que sí tengas un problema sobre el que podamos trabajar en consulta pero tú no quieres acudir, por la razón que sea.

Bien, estás en tu derecho. Eres una persona con capacidad para decidir sobre tu vida y no vamos a ser nosotras las que te convenzamos de los contrario. Si no quieres venir, no quieres venir y punto.

No llames. No pidas cita. No acudas a consulta.

Esto último puede parecer un poco extraño pero desde la perspectiva con la que trabajamos, y como dice Pepe Arias, queremos que la persona más interesada en estar en nuestra consulta sea el paciente, no nosotras.

¿Alguien se anima con alguna razón más por las que NO acudir a la consulta de un psicólogo?