Miedo a ser juzgado como terapeuta

Psicoterapia

Al final de cada sesión de terapia, siempre les pedimos a nuestros pacientes que rellenen un cuestionario de valoración de la sesión. Son sólo 4 ítems y no tardan más de 2 minutos en rellenarlo.

El otro día, una paciente me preguntó si me pagaban más si “me daba una buena nota.” Me reí y le dije que no, que esto me servía a mí para ver si la sesión había ido bien o había que cambiar algo.

Cuando enseñamos este cuestionario en el curso online sobre terapia breve, la mayoría de las preguntas giran en torno a ¿no os da miedo? ¿cómo encajamos una puntuación negativa?

Lo cierto es que cuando empezamos a utilizarlo, nos daba cierto reparo, al fin y al cabo, estaban evaluando nuestro trabajo. Pero a medida que pasaba el tiempo, nos dimos cuenta que es la escala más útil que podemos utilizar en terapia.

Os explico: las personas que acuden a consulta evalúan nuestro trabajo siempre, preguntemos nosotras o no. Todas las personas se marchan con la idea de si les ha sido útil acudir al psicólogo o no.  Esta escala sólo lo hace explícito y nos permite manejar los errores que hayan podido percibir durante la terapia.

Cuando observamos que hay una puntuación más baja de lo normal, siempre preguntamos el motivo, lo hacemos con una curiosidad real de mejorar. Nos gusta que la gente que acude a nosotras se vaya con la sensación de que ha sido una buena idea acudir y que no han estado perdiendo el tiempo. Por eso es tan importante este cuestionario.

Una de nuestras máximas es que siempre estamos dispuestas a aprender y una manera genial de hacerlo es a través de los errores. ¿pero cómo aprender de los errores si no nos damos cuenta de ellos, si no sabemos detectarlos? Es aquí donde entra en juego este cuestionario.

Creo que el miedo a ser juzgado tiene más que ver con la relación que tenemos nosotros con nuestros errores más que con lo que piensa la persona que acude a consulta de nuestro trabajo. Si tomamos su puntuación baja como una crítica hacia nuestra valía profesional es normal que nos entre el miedo y no queramos saber más.

Sin embargo, si tomamos su puntuación con curiosidad y como una manera estupenda de mejorar, entonces podremos avanzar con ellos y nosotros mismos como profesionales.

Para que lo veáis más claro, os pongo algunas de los comentarios que nos hacen cuando preguntamos por alguna puntuación baja en el cuestionario:

  • “Me hubiera gustado hablar más de la relación que tengo con mi madre.”
  • “Me parece que hoy estuviste mucho tiempo hablando con ella (la pareja) y poco conmigo.”
  • “Quisiera tener más tareas para casa, no sólo hablar en consulta.”

Después de que nos digan esto, tenemos dos opciones

Excusarnos por nuestra manera de trabajar:
  • “La relación con tu madre no es importante, lo fundamental ahora es tu trabajo”
  • “Creo que es una sensación tuya, en realidad os dediqué el mismo tiempo a los dos.”
  • “No creemos que las tareas para casa te vayan a ayudar.”

Es quizás la reacción más habitual, cuando nos pillan en una falta, lo que sale de manera espontánea es la excusa o la negación.

Nosotras creemos que esto no conduce a nada, que para eso mejor no pasar ningún cuestionario porque excusarnos o quitarle la razón al paciente sólo conlleva un deterioro de la relación terapéutica.

Proponer una mejor para la próxima sesión:
  • “¿Te parece que en la próxima sesión hablamos entonces sobre tu madre?”
  • “Lo siento mucho, no debí descuidarte, quizás vi que ella lo necesitaba más, pero me equivoqué. ¿Os parece que para la próxima te dedique a ti un tiempo al principio?”
  • “De acuerdo, para la próxima sesión pensaré en qué puedes hacer en casa para mejorar. Tienes razón que a veces solamente hablar no es suficiente.”

Con esta segunda opción, además de intentar reparar el error, mostramos a las personas que acuden a consulta que ellas también pueden opinar sobre la terapia y que sus sugerencias son válidas también (o más) porque al fin y al cabo, ellas son las mayores expertas en sus vidas.

En definitiva, el miedo a ser juzgado como terapeuta nos puede llevar a cometer errores fácilmente subsanables y nos impide mejorar y aprender.

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